lunes, 31 de octubre de 2011

EL DERECHO FEMENINO AL VOTO















EL VOTO DE LA MUJER
En la antigua Atenas (Grecia) cuna de la Democracia, donde se expresó en toda su dimensión el mandato de la mayoría popular, que decidía directamente reunida en la plaza pública, los asuntos más importantes de gobierno, no se permitía la asistencia y participación femenina.
La democracia representativa, fue el ideal al que aspiraron los que llevaron a cabo la Revolución Francesa de 1789. Los candidatos a los cargos de gobierno serían elegidos por el pueblo, que conservaría la soberanía.
Pero cuando se hablaba de reivindicación de derechos, contra el sistema absolutista, se pensaba en los varones, y así lo expresa el propio título de la Declaración emanada de la Asamblea Nacional revolucionaria francesa: “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, hablando de hombre en el sentido literal del término.
Pero la Revolución Francesa estaba teñida de ideales liberales, y no solo los hombres pudieron así interpretarlo.
Olimpia de Gouges, cuyo nombre real era Marie Gouze, en 1791, redactó en complemento a aquella declaración francesa la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, que no tuvo éxito práctico, y que terminó con su muerte en la guillotina, en 1793.
En 1792, en Inglaterra apareció un libro llamado “Reivindicación de los derechos de la mujer”, donde una representante de ese sexo, Mary Wollstonecraft, bregó por los derechos políticos de la mujer, por primera vez en el mundo.
Los miembros del parlamento, los políticos y la misma reina, Victoria I, se opusieron a los proyectos de leyes que tenían ese propósito. Tan sólo el cartismo, movimiento de reivindicación de los derechos para la clase trabajadora, y algunos intelectuales liberales, apoyaron tan “arriesgada” idea.
Fue en los albores del siglo XX (año 1903), cuando nuevamente Inglaterra fue el centro promotor de esta revolución política. Se formó la WSPUI: Women Social and Political Union, que significa: Unión Social y Política de Mujeres. Para lograr sus objetivos, las mujeres que la integraban trataron de ejercer presión para obtener su objetivo. Así efectuaron marchas de protestas y huelgas de hambre. Fueron salvajemente reprimidas y en 1903, una de ellas se arrojó al suelo cuando pasaba el rey con su caballo, en Derby, para llamar su atención, y murió aplastada por el animal. Este movimiento cesó su actuación cuando se produjo la Primera Guerra Mundial (1914).
Fue precisamente en este conflicto donde el sexo femenino demostró su valor y entrega a su patria, lo que les valió el reconocimiento de sus derechos electorales. En 1918, se permitió que las mujeres inglesas mayores de 30 años pudieran votar, bajándose la edad a 21 años, en 1920.
Fue también luego de la Primera Guerra Mundial, en 1919, cuando Alemania, cuyo gobierno estaba representado por la República de Weimar, consagró el voto femenino.
En América los primeros países en poseer este derecho, fueron Canadá (1918) salvo la provincia de Québec (1952) y Estados Unidos (1920). En este último país ya se luchaba por la consecución de este derecho desde los primeros años de su vida independiente. Merece citarse, como luchadora destacada, Margaret Brent, quien ya en 1647, desde su hacienda ubicada en Maryland, abogó por un lugar en la legislatura.
Ecuador en 1929, y en 1932, Brasil y Uruguay posibilitaron a la mujer la llegada a las urnas. En Guatemala se estableció para ellas un voto restringido, excluyendo a las analfabetas, en 1945, quienes pudieron sufragar veinte años más tarde.
El voto femenino en Argentina, se inauguró en 1947, durante la Presidencia de Perón, bajo la gestión de su esposa, Eva Duarte, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, quien solicitó su inclusión, en cumplimiento de lo acordado en las Actas de Chapultepec. Impulsada por esta líder política, se realizó una gran propaganda que consiguió que muchas mujeres salieran de su silencio, y expresaran el reclamo por sus derechos. La Playa de Mayo, el 23 de septiembre fue el marco del acto donde las mujeres celebraron la promulgación de la ley 13010. Ese mismo año lo obtuvo Venezuela. En 1949, fue el turno de Chile y Costa Rica. En México, en 1953, se consagró esta posibilidad por la que venían luchando desde hacía mucho tiempo, habiéndose formado en 1935, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer. En 1961, Paraguay consagró el voto femenino.
Pero algunos europeos también tuvieron que aguardar. En 1931, se estableció el derecho de sufragio, con igualdad de derechos a ambos sexos, mayores de 23 años, en la Constitución de la república española. En 1970, pudieron votar, por vez primera, las mujeres suizas.

Colombia, 1958: las mujeres, al fin, votan
Aunque en su texto “Las elecciones en Colombia: siglo XIX”, David Bushnell da notica de un temprano reconocimiento al voto femenino, decretado en 1855 por la Constitución de la Provincia de Vélez,  perteneciente a la Nueva Granada -nombre que llevaría Colombia hasta 1858-, también cuenta que la Corte Suprema de la época derogó ese vanguardista reconocimiento, pionero en el mundo, aduciendo que era contrario a la Constitución Nacional.
La mujer colombiana votó por primera vez en 1958 en unas elecciones multitudinarias que aprobaron la propuesta de las colectividades conservadora y liberal de elegir, a partir de entonces, una serie de gobiernos de coalición en los que estuvieran representados en proporciones iguales ambos partidos, la mujer colombiana empezó a ejercer su derecho al sufragio en las elecciones más numerosas celebradas hasta entonces en el país, cuya votación ascendió a casi cuatro millones y medio de votos.
El reconocimiento del derecho al voto femenino se había aprobado unos años antes de este plebiscito, al cabo de varias décadas de luchas políticas de las mujeres por conseguir que sus derechos civiles se equipararan a los de los hombres. Por fin, en un acto legislativo de la Asamblea Nacional Constituyente de 1954, que sesionó bajo el gobierno del Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, se les reconoció a las mujeres colombianas el derecho al sufragio.

En octubre  de 1954, Josefina Valencia de Hubach, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente que, en agosto, había aprobado el derecho de las mujeres a votar, dio una conferencia titulada “Sentido y finalidad del voto femenino en Colombia”.  En su charla, invitó a la mujer a adoptar una posición sensata en las próximas elecciones, una vez que la vida civil recobrara su cauce y volvieran a abrirse las urnas.  En vez de atizar odios partidistas, dijo, las mujeres deberían elegir gobiernos de plataforma nacional.
Uno de los escollos que tendrían que enfrentar las mujeres eran las ideas que durante muchos años habían impedido el disfrute pleno de sus derechos civiles, especialmente el del sufragio. Ideas que seguían escuchándose por todas partes: en la prensa, en la radio y en las conversaciones privadas.
¿Cuáles eran esos temores que inquietaban a algunos ciudadanos ahora que la mujer podía votar?
Escucharlos, como muy pronto podrán hacerlo en SonHoras los visitantes de Bicentenario, es conocer de primera mano los papeles que la sociedad colombiana de 1954 consideraba adecuados a la condición femenina. He aquí algunos de esos temores que menciona Josefina Valencia de Hubach en su conferencia:
-Que con la adquisición y ejercicio del derecho a votar, la mujer se desviaría de su vocación natural, el hogar,
-Que perdería su encanto y femineidad
-Que el derecho a votar llevaría discordia política a los hogares y amenazaría la estabilidad de las familias.
Doña Josefina contradice cada uno de estos argumentos, aclarando que no son de cosecha nacional, sino que, con ligeras variaciones, son las mismas razones que se vienen escuchando en el mundo desde hace un siglo para negar a las mujeres el derecho a votar.
Imagen: Josefina Valencia de Hubach, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente  1954, cortesía: //www.lablaa.org/blaavirtual

WIKIPEDIA- EL SUFRAGIO FEMENINO

EL VOTO DE LA MUJER EN LOS PAISES MUSULMANES

LA MUJER: EL VOTO FEMENINO Y EL PARTIDO PERONISTA FEMENINO



DOTAR DE VOTO POLÍTICO A LA MUJER
LA LIGA FEMINISTA Y LA REDEFINICIÓN DE LAS RELACIONES DE GÉNERO (1923-1949)

LA MUJER MEXICANA Y EL VOTO

miércoles, 26 de octubre de 2011

LIBERACIÓN FEMENINA E IGLESIA CATÓLICA









LA VERDAD CATÓLICA
Folleto EVC No. 617
LA LIBERACIÓN FEMENINA
Alicia Herrasti
En Inglaterra, hará un siglo, surgió el llamado movimiento de la "Liberación Femenina" un grupo de mujeres tuvo la audacia, en aquella época, de protestar en contra de la discriminación de la mujer en cuanto al sufragio; exigían el voto femenino para elegir a los gobernantes. Este movimiento pasó rápidamente a los Estados Unidos y las llamaban "sufragistas".
Estas inquietudes se reflejan desde mucho tiempo antes en la siguiente anécdota: durante la revolución francesa, cuentan que en el salón de una gran dama había una reunión de intelectuales que discutían acaloradamente de política. Uno de los participantes comentó impertinentemente con su anfitriona: ."que desagradable y extraño me parece oír a una dama como usted hablar de política" a lo que ella contestó: "señor cuando mi marido y mis hijos están en peligro de perder la cabeza, lo menos que puedo hacer es saber el por qué".
A lo largo de la historia siempre ha habido mujeres destacadas. Nacieron para cultivar las letras, las ciencias, las artes; ahora ganan medallas de oro en las Olimpiadas, son capaces de reformar pueblos y regir naciones; con sus nombres se enorgullece la humanidad y para todo esto no han necesitado ciertamente, el "permiso" de los hombres.
No confundamos la "emancipación" de la mujer con esta llamada "Liberación". La emancipación pide la eliminación de las barreras que impiden igualdad de oportunidades, con iguales salarios y prestaciones en los innumerables terrenos de la actividad humana. La "liberación" conduce a la mujer al desempeño de papeles masculinos en detrimento de los femeninos.
Por, los años de 1950, este movimiento que en su inicio fue sensato y justo, tuvo la desgracia de ser "adoptado" por un grupo de "intelectuales", hombres y mujeres, que hicieron de él un verdadero circo al desarrollar una serie interminable de teorías que no resisten ningún análisis, por lo que nos sería imposible revisar en este breve estudio tales teorías; a quienes se interesen por conocer hasta dónde puede llegar el empeño humano por engañarse a sí mismo, les recomendamos el libro de Arianna Stassinopoulos "LA MUJER FEMENINA".
En el año de 1975, proclamado por la ONU, se celebró en México el "Año Internacional de la Mujer" que tuvo una muy amplia difusión en todos los medios de comunicación, quedando bien clara la fuerte manipulación política socialista que alienta la liberación sexual como un aspecto de la lucha de clases, lo que presenta un grave conflicto, pues el sexo femenino no es una "clase" sino la mitad de la humanidad.
Vemos que el feminismo mal aplicado, está destruyendo la familia; nunca como ahora ha sido más atacada por toda clase de materialismos parece que hay un concurso internacional para ver quién puede acabar primero con este producto de "épocas pretéritas".
En la Unión Soviética se intentó abolir la familia y lograr que las mujeres y los hijos fueran económicamente independientes de los hombres, creando guarderías infantiles que arrancaban a los hijos de los brazos de sus madres y organizaron sistemas de cuidados domésticos colectivos, para liberar a las mujeres de las tareas hogareñas. El caos social provocado por la desintegración familiar en el transcurso de aquellos primeros años, especialmente por la ola de delincuencia juvenil que se registró entre los muchachos abandonados, indujo al gobierno soviético a suprimir estas políticas.
NEGOCIO MASCULINO
Ha pasado mucha agua bajo el puente desde los tiempos de las sufragistas; de la batalla por el voto, la conquista se extendió a otras muy diversas zonas de derechos; la mujer ha conquistado el derecho al profesionalismo y a desempeñar puestos públicos, incluyendo el de primer ministro, pero también el  "derecho" al divorcio, a la píldora anticonceptiva y al aborto; el derecho de ir de pie en los autobuses, a que la empujen los varones sin pedir disculpas, a que le griten majaderías cuando conduce un automóvil, el "derecho" a que los hombres le hagan malas proposiciones y sobre todo, el "gran derecho" a mantener una familia, con lo cual el varón se descarga de una antiquísima responsabilidad.
Así pues, de todo este movimiento, los verdaderamente liberados y favorecidos resultaron ser los hombres; antes el marido tomaba en serio el mandato bíblico y se afanaba, sudaba para sostener a la familia, pero desde que la mujer liberada puede y quiere trabajar, él ya no se supera.
Es ya frecuente, que en los matrimonios jóvenes ella sostenga la casa mientras él estudia y termina su carrera como si la esposa fuera su papá y como si no fuera posible estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Hay casos abundantes en que la mujer sostiene sola la  casa en la que ya hay niños; cuando regresa rendida y fastidiada del trabajo, la esperan sábanas que lavar, niños que bañar, pilas de trastos sucios en la cocina y guisar para el día siguiente. Dos cargas lleva: la suya y la del marido, pero él ya no sale de perico-perro; ¿para qué esforzarse, si se casó con una mujer liberada tan capaz?
Cuentan de una maestra que un día se encontró a una de sus alumnas que se había casado y era madre de 4 niños y seguía trabajando. ¿Y tu esposo, gana poco o qué? - no maestra, respondió: ya nos separamos - ¡pobrecita! comentó la maestra; más a la alumna le brillaron los ojos de alegría y dijo: no, ahora estamos mejor que antes, porque él era el que me salía más caro.
No son pocos los casos en que la esposa gigantesca mantiene a toda la familia, incluyendo al marido y los mantiene bien... sólo que ella acaba muerta. Estupendo negocio para el hombre.
Asimismo antes el joven se reprimía, aunque fuera un poco, ante la novia por temor de engendrar un hijo; ahora ya no; él puede darse el gusto con ella o con cualquiera otra, al fin, gracias a la liberación femenina, ellas toman la píldora y evitan al hombre el meterse en conflictos, pues ahora los niños son conflictos y si no dio resultado la química, para eso está liberada: allí está el aborto; es verdad que ella sufrirá una experiencia y un trauma espantoso y que corre el riesgo de morir, pero su amante sale del aprieto tan tranquilo.
Por ley natural el padre es co-responsable en la educación de los hijos. Ahora está muy ocupado y deja a la esposa que se encargue de ello. La tarea queda grande a un solo cónyuge. La madre abrumada tiende a mimar a sus retoños y pronto aparecen los muchachos "problema" que destrozan el corazón y desquician la familia. Entonces el padre se enfurece y grita culpando a la madre consentidora. Quizá la educación de los hijos es la carga más cruel que ha recaído sobre la mujer en este movimiento que mejor debiera llamarse: "liberación masculina".
Puede parecer benéfico el que la esposa esclava se haya emancipado de la autoridad muchas veces tiránica del marido; ya el varón no manda en su casa pero la esposa tampoco, pues ya se cansa de mandar y de que nadie le haga caso; la mujer ya no obedece, pero no la obedecen a ella; su mandato que todos sabotean, se volvió una carga más de responsabilidad, aflicciones trabajos y pesadumbre de espíritu.
EL AMOR LIBRE
Vemos claramente que ahora la mujer tiene mas tribulaciones y obligaciones que antaño, ¿por qué pues siguen tantas mujeres estas corrientes de "liberación"? puede ser que muchas de ellas por seguir la moda, otras porque se casaron por equivocación, otras porque no se casaron, por fracasos en el matrimonio, por venganza, etc.
La adhesión a este movimiento oculta muchos resortes subconscientes y puede ser uno de ellos la promesa velada del amor libre. No serán pocas las mujeres que rechacen indignadas tal aseveración, pero veamos:
Leemos en alguna revista destinada a la mujer: "avanzamos" ya se nos concedió el divorcio en Italia; asunto sexual, en Costa Rica ya se legalizaron los anticonceptivos; asunto sexual, en Estados Unidos ya conquistamos el derecho al aborto.
Divorcio, pastillas y aborto: una trilogía formidable. Lo de esposa y madre, va a pasar a la historia; la familia desaparecerá como una institución opresora; lo moderno será la prostitución como hecho normal.
Cuántas jóvenes se casan llevando en la mente el evitar la familia y la posibilidad del divorcio, pensando en que si el hombre al que hoy juran fidelidad en solemne ceremonia, un día ya no les gusta pueden cambiarlo por otro y luego a ese otro por un tercero "hasta que encuentran la felicidad". No tienen que comprometerse interiormente de por vida ante Dios y llevan hecho el ánimo de que no deberán importarles los hijos que por "descuido" puedan haber engendrado.
La liberación sexual también compensa a la que no ha elegido esposo todavía, pues podrá probar con muchos siempre que no descuide la pastilla; así  pues, tanto a solteras como a casadas les vinieron de perlas los anticonceptivos pues las eximen de la "molestia" de un hijo.
Sumemos todos los elementos que forman la liberación sexual y tendremos a la prostituta hecha y derecha; podemos titular estas ideas como el "movimiento pro-abolición de esposa y madre"; una legión de mujeres ofrece a otras el amor libre, como el bien mas preciado.
No podemos terminar este capítulo sin mencionar a las más entusiastas partidarias de este movimiento: las lesbianas que por no estar en condiciones de establecer relaciones humanas satisfactorias para ellas no es la liberación femenina un lujo intelectual o emocional, sino un imperativo personal y tratan de destruir un estilo de vida aceptado y apreciado por la inmensa mayoría de las mujeres con el fin de complacer los gustos sexuales de una minoría.
Cada mujer tendrá que elegir qué quiere para sí misma: prostitución o espíritu para reclamar sus verdaderos derechos; ser respetada como mujer, esposa o madre.
LA MADRE SOLTERA
Ultimamente estamos oyendo a mujeres que llegan a los 30 o 35 años y dicen: yo no quiero el matrimonio, pero sí un hijo. Esto puede parecer "muy humano" como dicen ahora, pero indudablemente se ha juzgado a la ligera sin tener datos suficientes sobre las consecuencias de tales situaciones.
En primer lugar fácilmente podemos apreciar que esto significa para el niño un problema formidable, que se manifiesta en un desarrollo completamente anormal de lo que debe ser la vida de un niño común y corriente; desde luego es un hecho que el hijo de madre soltera voluntaria, tiene serias dificultades en la escuela con su aprendizaje, son mucho más distraídos y tienen dificultades de disciplina; en secundaria presentan más problemas de salud que los demás niños.
La ausencia de un padre es muy nociva en los pequeños y se traduce muchas veces en terribles pesadillas. Manifiestan una especial agresividad y mayorcitos, tanto niños como niñas, caen en grandes depresiones. En ausencia del padre los niños se vuelven tristes, sufren sentimientos de pérdida, aparecen aburridos y sin motivación en la escuela.
Para la madre soltera que trabaja y ve por su hijo, la cuestión económica es muy pesada. Gasta toda su energía en resolver problemas en vez de ser feliz; cae además en un error capital: toma al niño como adulto, exigiendo de él que sea compañero y confidente; el niño escucha con estupor las penas de su madre, quien tiene la necesidad de comunicárselas, lo que desde luego no contribuye en nada a la felicidad del niño.
El mayor problema del hijo de madre soltera es que el niño se ve forzado a crecer demasiado aprisa; hay niños que a los 8 años han manifestado nostalgia de su niñez; un niño de 3 años al ir a jugar a la pieza contigua le dice a su madre: si me necesitas, me llamas.
Gran número de niños se ven sobrecargados; no es posible que comprendan los problemas de los adultos ni es justo que los compartan. Estas presiones provocan en ellos serios desajustes de falta de propia estima por sentimientos conscientes o inconscientes de fracaso; ningún niño merece vivir en semejantes circunstancias.
No es difícil caer en cuenta de que la madre soltera voluntaria, es la persona más egoísta que darse pueda; tiene al niño para su propia satisfacción, es su dueña; cuelga de él todas sus frustraciones y fracasos que disfraza de grandes sentimientos de amor; la verdad es que un niño tiene derecho a un padre y nada ni nadie podrá suplir tan grande falta.
Parecidos problemas y aún mayores, tienen los hijos de divorciados que se ven desgarrados entre dos voluntades que luchan por conquistarlos eliminando al "contrario" cuando el niño ama y necesita a los dos.
Otro aspecto del problema de la madre soltera, es aquél que se debe, como en el caso de México, a una falta total de responsabilidad sexual. Parece ser que el 60% de los niños que nacen en México son ilegítimos. Esto trae como consecuencia dos problemas principales: la delincuencia infantil y juvenil y la tan famosa "explosión demográfica".
Vemos en las calles a todas horas del día y de la noche, parvadas de niños haciendo toda clase de malabarismos, para sobrevivir, muchos de ellos drogados, futuros idiotas y otras que en la calle aprenden a ser hábiles delincuentes.
La famosa explosión demográfica; ¿cómo es posible que traten de abrumarnos con propagandas de "pocos hijos para darles mucho", dentro de matrimonios, de familias establecidas y no atacan la verdadera explosión de los hijos sin padre de las madres solteras por irresponsables?
Los hijos de matrimonios tienen mayores posibilidades de ser ciudadanos útiles, sean pocos o muchos, pues no hay mejor escuela para la vida que una familia numerosa; desde el principio de los tiempos, la bendición de un hogar son los hijos, ¿cómo es posible que ahora sean los "enemigos "?
Familia: sé lo que eres.
Juan Pablo II
Y EL HOMBRE: ¿PUEDE SER LIBERTINO?
No faltan mujeres con vocación más que dudosa que expresan: ¿por qué no hemos de gozar nosotras de los mismos derechos sexuales que el hombre? él puede de soltero tener cuantas aventuras quiera y de casado ser infiel. La respuesta es: tampoco el hombre tiene esos derechos; se ha tomado esas libertades ilícitamente. La ley moral es pareja, las almas no tienen sexo.
Exija pues, fidelidad la esposa; adviértalo de antemano la novia; igualdad ética si; no igualdad en lo sucio, sino iguales en lo limpio. Más vale que el hombre se componga, a que la mujer se descomponga.
EL HOMBRE: ¿UN OBSTACULO?
Ciertamente que el esposo no puede estar de acuerdo conque su cónyuge se inscriba en la universidad tiempo completo o que se vaya a Europa de gira a cantar ópera o a bailar, que establezca un negocio que la absorba por completo, etc. El marido está en lo justo pues no es tolerable el que ella abandone demasiado tiempo el hogar, pero no debe culparse al esposo el que obstaculice una brillante "carrera" sino al matrimonio mismo.
No puede la mujer casada hacer a un lado el camino que libremente ha elegido. Al formar una familia se comprometió por su propia voluntad a cumplir con tal responsabilidad por encima de cualquier otra cosa; entregó su vida a cambio del amor ¿qué mejor carrera?
Pero no sólo a los esposos, sino también a los hombres en general se les achaca que estorban el buen éxito de la mujer que lidia en el plano profesional. Esto no siempre es así ¡cuántas mujeres han escalado los más altos puestos alentadas y sostenidas por los hombres y cuántas otras cuando hay verdadero talento, se han sobrepuesto a los contratiempos de la envidia, que muchas veces en el terreno profesional o artístico, no repara en sexos!
En pocos terrenos como en los del arte o las letras, han desarrollado las mujeres una extraordinaria actividad y han brillado con luz propia. Que no se justifiquen pues aquéllas que no alcanzaron un sitio de relieve diciendo que fue discolería de los hombres; la causa está en ellas mismas: falta de talento, de perseverancia, negligencia, etc. La mujer bien dotada y con amor a la actividad que ha elegido, tiene el mundo por conquistar al parejo de los hombres.
Es muy necesario el que la mujer que desea en serio entregarse a una profesión considere no solamente la posibilidad, sino la necesidad de permanecer soltera.
La formidable mujer soltera que tiene la libertad íntima y personal, dueña de su tiempo, de su mente y de su cuerpo; que liberada del sexo y con un profundo respeto de sí misma, encontrará las raíces de las más altas virtudes que la harán amar a su prójimo como a sí misma.
AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Es asunto de primordial importancia, el que la mujer se respete a sí misma, se ame a sí misma.
La mujer debe pensar en su alto destino, en los intereses eternos de los que forma parte, en el intelecto de que ha sido dotada, en la capacidad de amar que le ha sido dada.
El propio respeto se origina en el amor a nosotros mismos, motiva el primer paso hacia nuestro desarrollo, nos estimula a elevarnos, a ver hacia lo alto, a acrecentar nuestra inteligencia, a mejorar nuestras condiciones de vida. El respeto propio es la raíz de la mayoría de las virtudes: la castidad, la honradez, el cumplimiento de nuestras obligaciones, la limpieza y el orden etc. El menosprecio es hundirnos en un precipicio en cuyo fondo no hay sino infamia.
Cada uno de nosotros puede ayudarse en alto grado;  no somos pajitas arrojadas a la corriente para seguir su curso, sino que poseemos la libertad de acción, estamos dotados con el poder de ir contra las olas, de sobrepasarlas; esto quiere decir que podemos y debemos contrariar las malas costumbres actuales que no hacen sino degradar a la mujer.
Todos podemos elevarnos en la escala de entes morales, podemos albergar pensamientos puros, ejecutar buenas acciones, leer libros buenos, escuchar buenos consejos, vivir sobria y fugasmente, vivir con los propósitos y las metas que consideremos más altos.
El amarnos a nosotros mismos equivale a amar a nuestro prójimo; la persona que se desarrolla para el bien, está mejorando al mundo pues la sociedad no es sino un reflejo de las condiciones de los individuos que la forman.
Al cumplir las obligaciones que tenemos con nosotros mismos, podemos con más autoridad hacer que otros vean la necesidad de cumplir a su vez con sus obligaciones personales ¿cómo podemos elevar a otros si caminamos en el pantano de nuestras propias pasiones?, ¿cómo podríamos aconsejar pureza si caemos en la terrible trampa del amor libre, los anticonceptivos, el aborto y el divorcio?, ¿cómo podemos hablar de modestia si por estar "a la moda" aceptamos las "modas" actuales cada más impúdicas, andando casi desnudas en las playas haciendo del cuerpo un objeto? En todas las reformas, el mejoramiento que deseamos para los demás es empezar por nosotros mismos. Hay que dar testimonio de nuestros ideales, enseñar con el ejemplo. Cada quien refleja en su persona el resultado de su propia vida.
No debemos olvidar que nuestra felicidad en esta vida y en la otra, depende de las decisiones que a todo lo largo de ella vayamos tomando. Es ley natural que nadie pueda rehuir las consecuencias de sus propios actos. La mujer "moderna" que ni cuenta se da de que se menosprecia, ¿cómo podrá amar a su prójimo si no se ama a sí misma?
¿QUE DICE DIOS DE LA VIDA EN EL SENO MATERNO?
"Antes de formarte en el seno de tu madre te conocí; antes de que salieras de su seno te consagré" Jer. 1-5
"Tú formaste mis entrañas; tejiste mi cuerpo en el seno de mi madre" Salmo 139-13
Quién me formó a mí en el seno de mi madre, ¿no formó también a los demás? Job, 31, 15
"Desde mi infancia Dios me crió como un padre y desde el seno materno fue mi guía" Job 313 18
Regalo del Señor son los hijos, una recompensa "el fruto de las entrañas" Salmo 127-3
BIBLIOGRAFIA
Arianna Stassinopoulos LA MUJER FEMENINA.
Ema Godoy - Conferencia en Monterrey en junio de 1974
LA LIBERACION FEMENINA.
Revista TIME de enero de 1982. Single Parent, Double Trouble. John Leo, reported by Carol Ashkinaza. Atlanta and Nancy Pierce Williamson New York.
THE FREEMAN Self-improvement. Samuel Smiles.
EL DECALOGO.
El Decálogo es el conjunto de reglas de conducta que guían al hombre para que pueda cumplir con sus deberes para con Dios, con el prójimo y consigo mismo.
No hay ni ha habido en la historia de la humanidad, otro código moral tan simple y tan perfecto como el Decálogo; es una Ley antiquísima, aparece en la Santa Biblia en el libro del Éxodo y ha permanecido inalterable a través de los milenios; es una ley Divina que no puede ser violada por los hombres sin consecuencias y ninguna ley humana puede romperla o alterarla.
Los 10 Mandamientos son el "manual” de la conducta humana, son la raíz de los Derechos Humanos.
AMASIATO.
El amasiato viola directamente el 6o mandamiento de la Ley de Dios que dice NO FORNICARAS.
Comencemos por precisar a qué se llama amasiato: a que un hombre y una mujer vivan juntos sin estar casados por la Iglesia.
Empecemos por entender bien que este lamentable estado no deja de existir porque ellos se unan por la ley civil, pues el matrimonio civil es NULO entre bautizados, cuyo verdadero matrimonio es el religioso, por lo que todo cristiano que vive sin casarse por la Iglesia, vive en amasiato y si se casa por lo civil, cae en lo que S.S. Pio XII llama "concubinato legal".
Las razones principales por las que no debe vivir en amasiato, son las tremendas consecuencias que tal estado trae bajo los puntos de vista religioso y social, pues aún para el hombre o la mujer indiferentes en religión, el estado de amasiato resulta insoportable por la poca estimación propia que esto refleja.
No hay mujer que no se sienta avergonzada cuando en cualquier gestión que tenga que hacer y le pregunten su estado civil, tenga que contestar: unión libre.
Es un hecho que la mujer amancebada, no podrá obtener para su persona el mismo respeto y estimación que una espesa, ni del "compañero" con el que vive, ni de los hijos, ni mucho menos de la sociedad aunque ésta se haya vuelto tan "permisiva", pues en el fondo no será tratada igual una mujer de bien, que una a la que le resultan indiferentes lo que llamamos "las buenas costumbres" que tienen como raíz, los preceptos morales del Decálogo.
Pero todos los males sociales, por grandes que sean, que ciertamente lo son, no tienen comparación con los que trae consigo el amasiato bajo el punto de vista religioso. El amasiato fija a la pareja continuamente en estado de pecado con todas sus fatales consecuencias; los aparta de los sacramentos y privados de la gracia, ninguna de las buenas obras que hagan, merecerán recompensa eterna y permaneciendo en ese estado, no podrán recuperar la gracia, pues no encontrarán ningún sacerdote católico en todo el mundo, que les dé la absolución mientras no se aparten uno del otro o se casen por la Iglesia.
Y ¿qué pasará en caso de muerte?, y ¿qué pasará con los hijos?, ¿qué puede esperarse de ellos cuando sean grandes, habiendo recibido de sus padres semejante ejemplo?
No hay que olvidar que el ejemplo de los padres es decisivo en la vida y el futuro de los hijos.
DIVORCIO    =    INFIDELIDAD
DIVORCIO Y NUEVO MATRIMONIO = ADULTERIO
Entre bautizados, si quien está casado por la Iglesia se divorcia y se une civilmente con otra persona, además de vivir en amasiato, vive en ADULTERIO.
El divorcio viola los 10 Mandamientos de la Ley de Dios
lo.   Ofendiendo gravemente a Dios, a quien tiene que amar sobre todas las cosas.
2o.   Faltando a la fidelidad conyugal, profanando el sacramento del matrimonio.
3o. Profanando por ese estado de pecado, las fiestas que se deben santificar.
4o.   No cumpliendo los deberes DE LOS PADRES CON LOS HIJOS y de los esposos entre sí.
5o.   Causando graves daños al cónyuge, pues hay médicos que calculan en dos años el tiempo necesario para que un divorciado "vuelva a tenerse en pie".
6o.   Porque casi siempre el motivo del divorcio es la infidelidad.
7o.   Tomando lo ajeno en contra de la voluntad de su dueño, pues cada cónyuge es propiedad del otro.
8o.   Mintiendo, pues se recurre a toda clase de mentiras y hasta a calumnias, para justificar pasiones cuya violencia llega al odio más cruel.
9o.   Deseando la mujer o el marido de otro.
10o.  Codiciando lo que no es suyo.
Debemos comprender que las leyes humanas no pueden alterar ni romper las leyes divinas y es una LEY DIVINA la indisolubilidad del matrimonio, "desde el principio" Dios los creo hombre y mujer y de su unión vienen los hijos, los que no pueden tener otro papá y otra mamá que los suyos, lo que hace a la familia INDESTRUCTIBLE.
Nunca como ahora se ha visto la familia más atacada, menospreciada, vilipendiada, etc.. Por todos los medios como pueden ser las telenovelas, el cine, las revistas, el teatro, que relajan las costumbres llegando a ser verdaderas ideas al adulterio, al libertinaje en el uso del sexo y hasta a la muerte. ¿Han contado las camas y los muertos de cada serie de T.V.?
Se habla ahora de los derechos del niño; el primero sin duda es NACER y después tener SU papá y SU mamá, pues ellos con su amor  y unión harán posible el desarrollo normal de la vida humana.
Los niños de no hace tanto tiempo, vivían totalmente felices enraizados en el matrimonio indestructible de sus padres, en cambio ahora son hojitas al viento de las pasiones de sus mayores; nada puede ser más doloroso que un pequeño de 5 años llorando porque ve algo que ni bien comprende o a un adolescente que ve que el infierno existe en este mundo y se llama DIVORCIO.
Por algo el Padre Chinchachoma dice: "si piensas en divorciarte, comienza por asesinar a tus hijos".
Desde luego muchos de los males del divorcio se deben a la increíble ignorancia de los novios acerca de lo que es el SACRAMENTO DEL MATRIMONIO instituido por Nuestro Señor Jesucristo cuando dijo:
"LO QUE DIOS HA UNIDO, NO LO SEPARE EL HOMBRE".